Cuando te digo que te amo
lo hago con urgencia
porque mis labios quieren repetir
lo que siente mi alma.
No me dudes:
El temblor en mis manos
no es por miedo
sino por estos setenta años
aquí, a tu lado
que me han maltratado.
¡Pero sólo la edad!
Nunca tú, amor eterno
tu les has dado a mis días
una razón para persistir.
Te amo a ti,
amo cuando frunces el ceño
amo tu piel castigada por el sol
amo tu cabello maltrecho
por las cenizas.
Hemos visto el mundo,
pero el planeta es poco
para el universo
que he vivido contigo.
Amo tus manías
tus malos humores
tus días buenos
y también los peores.
Gracias por ser la dueña
de mis mejores años,
de mis mejores ojos
y los recuerdos de antaño.
¿Recuerdas nuestros encuentros furtivos
el sexo en la grama
la luna en la mañana
esos pequeños detalles
secretos, nuestros?
Ahora podemos hacer el amor
en una mirada, un suspiro
hasta en una taza de café
sin temor a que nos vean
en nuestra desnudez
ni en nuestros gemidos.
Mi amor ha sido implacable
a pesar de los hijos, los nietos
a pesar que nuestra cintura
ya no es como antes
pero es que al lado tuyo
me siento gigante
porque soy el dueño
de la victoria más grande
que puede tener
cualquier ente pensante
amante.
Amor, te tengo al lado mío:
¡Qué más puede desear
un loco en este delirio!
Qué más puedo querer
en lo poco que me queda
de mente y de días
si no es a ti.
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