Me observo quedo en ese vidrio
no zurdo, sino diestro y sombrío
abuela, será que te saludé ayer
vagabas en mis sueños otra vez.
Pero hoy ando alerta, despierto
¿expresión? ni facial ni en el seso
mi mirada extraviada transparente
es posible que hoy ande demente.
Por qué esta tierra sabe a sangre
sabor a llanto, lenguas y calambres
me cala esta impalpable oscuridad
nado ahogándome sin saber verdad.
Este blando mar me sabe dulce a miel
mi piel, cuero tatuado con pincel
escultura grotesca tallada sin cincel
cabellera translúcida en el vaivén
Madre, perdona mis torpes manos
es que me alzan en este vuelo vano
hija, te pido perdón por estas voces
mudas, con incesantes temblores.
Zurdo, fragmentado: ríe y resiste
mi cuerpo amortajado como mal chiste
el del espejo gritaba, fuerte, “embiste”
nosotros, los ojos de quien resiste.
Soy vitral de huesos rotos y retazos
este vidrio quebrado es un atraso
y mientras el reflejo huía lento y lelo
yo volaba libre entre sueños etéreos.