Crepúsculos y Fantasmas

Dedicando canciones a fantasmas
pidiendo crepúsculos a las mañanas
mis manos llenas de sinsentidos
y tu nombre enrollado en el bolsillo.

Cuál más, si yo, mal perdedor
ardiendo llamas sin encendedor
señor iluso, rey de mi casa
pero sin tu verbo nada me pasa.

Eres ausente de mi pensar presente
eres reina de mi universo adyacente
eres musa de mil versos patéticos
eres quien mora tras mi reir cosmético.

Te veo caminando, mi alma ausente
y yo, con esta obsesión adolescente
ya ni se que hacer, camino sin querer
pidiendo crepúsculos al amanecer.

¿Para Quién Escribo?

Cuando escribo, lo hago para mi sol, quien también es mi luna. Para esa rosa, que ilumina mis días, y en crepúsculos se convierte en pena. Por cada estrella, le entrego un respiro; por cada lamento, mil letras, las cuales derramo sobre este lienzo.

Hoy escribo para ti, para tu presencia ausente. Eres para quien interpreto mi personaje en este teatro lleno de rostros desconocidos.

Llevo tu alma tatuada en mis manos, tocar tu piel ha sido un pecado mortal. Pero cuando esa muerte oscurece mis ojos, renazco en las hojas de tu alba, recordando el destello de tu sonrisa, desde esta penumbra.