Ahí estás
dando vueltas, incesantemente
pintándome sonrisas
deseando la tuya abrazada a mis labios.
Hoy te pienso
te busco en cuadernos
tu foto entre la gente
tus letras indecentes
imagino tu cuerpo, iridiscente.
Si regresaras al Arahuaco
el oceano no me libra del pecado
de buscarte, adoptar mi suerte
en un instante, por volver a verte.
Aquí ando
deletreando tu nombre con mis dedos
como un loco
demente porque falta tu voz
y tu piel imaginaria.
Tu rostro se pierde entre rostros
tus letras se confunden con las voces
tus labios serenos
me observan desde lejos, inmóviles.