Cemíes de Ratán

Esta patria que suda
que hiede su libertad
sin pies ni palabras
prisión de su verdad.

Es el verde segado
es el pájaro desalado
es el deseo coartado
es el dueño desterrado.

Dónde estamos hoy
caminando sin un norte
sin perseguir el horizonte
nos mienten, pero estoy.

Tallando cemíes de ratán
comiéndonos la lealtad
adorando héroes coloridos
que vuelan alto y sinsentido.

Cambiamos taínos de papel
por chuletas en el mantel
cambiamos Albizus plateados
por pizza del supermercado.

Y donde quedan los sueños
el antaño y los recuerdos
ya no sudamos ni hedimos
solo ignoramos y sonreímos.

Borikén, dónde estás
te busco inmóvil en la mar
Puerto Rico, dicen que vas
celebrando morir sin libertad.

Los Últimos Héroes

Hermanos en la sangre Taína:

Aquí nos congregamos, bajo este cielo azul, este seis de octubre para ofrecerles mis últimas palabras antes de esta honrosa revolución.

Mañana nos lanzamos en esta gesta heroica, que llena mi pecho de honra. Sé que estamos listos en cuerpo y alma para defendernos y ahuyentar nuestros invasores yanquis.

La estrategia ha sido discutida en demasía, y no es mi propósito abordar ese tema en este momento. Solo quiero desearnos el más dulce de los éxitos.

Sabemos que es posible que ninguno de los dos mil doscientos cincuenta y seis hombres y mujeres que aquí nos encontramos de pie regrese a su hogar. El enemigo es poderoso, pero más poderosa es nuestra sed de libertad. Vamos a finalizar lo comenzado en Lares, Jayuya y Utuado. Vamos a tomar a San Juan, aunque nos bombardeen con aviones, o nos envíen la mismísima bomba nuclear.

Nuestro país ha sido esclavo durante demasiado tiempo. Nuestras indias fueron violadas, nuestros caciques, destronados sin honores ni funerales. Nuestra sangre ha sido derramada por españoles y gringos desalmados, en busca del crecimiento de sus respectivas naciones, negándonos nuestro derecho al libre albedrío, el mismo que nos ha sido otorgado por Dios, y solo él nos puede quitar.

Ahora, hombres y mujeres Borincanas, es posible que seamos los últimos héroes de nuestra patria. El proceso de asimilación alienígena es lento, pero de paso firme e incansable, hasta su culminación, que está próxima a ocurrir en varios años. Si no triunfamos, es posible que la patria caiga junto a nuestros cuerpos yertos.

Mañana tomamos el Capitolio. Luego, el resto de nuestro terruño, nuestro país que respira con nuestro sudor. Somos la punta de la lanza caribeña. Hoy los insto a levantar los fusiles y nuestras voces al unísono ante este cielo que nos cobija en este momento histórico: ¡Qué viva Puerto Rico libre!

Día Dos: La Reconstrucción

Bloque por bloque, alma por alma
obtuvimos la libertad a punta de espada
beso por beso, caricia por caricia
obtuvimos nuestro amor olvidando la envidia
y continuamos creando nuestro edificio
construyendo con barricadas contra el maleficio.

Somos indios sin taparrabos, humildes vestidos
somos sobrevivientes de esta caída al precipicio.

Nadie mejor para deleitarme con esta victoria
que mi amor de verano, entre esta escoria
polvo que moldeamos a nuestra voluntad
compartiendo boricuas en esta hermandad
vamos a reconstruir el verde de este suelo
vamos a sembrar gris en estos cerebros.

Somos magnates millonarios en libertad
somos los hijos de mi patria, antigua beldad.

Agradezco a mi querida por construir conmigo
la familia, los hijos, todos los taínos altivos
cayo por cayo, caricia por caricia
comiendo cundeamores con sabor a justicia
arbusto por arbusto, sudor por sudor
aquí nace la nueva cría emancipada del Señor.

El Lamento De Las Patrias Dormidas

Te busco entre cenizas y muertos
entre lamentos y desiertos
caballos y guerreros yertos
son historias que carga el viento.

Te busco en canciones y libretas
entre cuadernos de páginas rotas
pero la paz cuando es cero se alborota
cantando el himno de las patrias flojas.

Es que el rescate cuesta la vida
no una, ni dos: todas, hasta la partida
esclaviza tu orgullo mientras te cobijas
refugiando tu espíritu de ideas suicidas.

Ya no hay torres de cemento, ni valles verde
sólo esos cuerpos sombríos, que hieden
y esas musas ilusas que pensaron tenerte
te soñaron libre, pero mi pueblo vive inerte.