Pensamiento En Tres Tiempos

El tiempo futuro es una maraña de sucesos que no han ocurrido, las cuales causan tensión, y sólo sirven para percudir la imaginación. Con el “ay, si fuera” o el “podría ser”, el ser humano tiende a planificar toda su vida. Todo su destino gira en torno a una posible mentira o a un remoto tal vez.

El tiempo presente es como las líneas que se forman cuando vas en el asiento trasero de un automóvil mirando hacia afuera por el cristal pequeño. Es todo un itinerario de detalles prácticamente imperceptibles; un conglomerado de colores y formas indivisibles. Todo ocurre tan rápido: es tiempo presente, el cual, al culminar su análisis, ya es pasado.

Admito que soy parásito del tiempo pasado — es lo único claro, lo único acerca de lo cual puedes estar seguro, a ciencia cierta, que es completamente veraz. Está evidenciado, y podemos regresar a él cuantas veces queramos. Sólo existe una condición: regresamos en calidad de espectadores. No es posible cambiar nada ahí, y revivimos sin claridad, a veces perdiéndonos en una temporalidad tempestuosa.

Existen muchos pensares en cuanto al pasado, y reina la idea que al ser pretérito, no vale la pena regresar. ¿Pero no es este tiempo que pretendemos olvidar nuestra mejor guía acerca de como conducir un presente cuyo diario sea uno digno de releer?

Existen también quienes hacen de su ayer un hoy. ¿Es eso posible? Podemos hablar de cómo, al momento de cavilar sobre lo viejo, lo hacemos nuevo, por estar invirtiendo recursos disponibles sólo a la contemporaneidad. Quien sabe, tal vez al pensar en el pasado, estamos haciendo un viaje temporal, histórico.

Estas son sólo ideas torcidas en cuanto a un tema incierto, variable. Siéntase libre de crear su propio criterio, y quien sabe, tal vez cuando alguien lo visite, ese pensamiento añejo podría convertirse en uno corriente, hogaño.

El Árbol

Hoy me senté bajo nuestro árbol
sin más suceso que el tiempo.

Ni la magia habitual
ni los recuerdos tórridos
ni las melancolías aquellas
ni el amor de mano severa
ni las lágrimas en el rostro
ni los mirares de reojo
nada ocurrió.

Miré mis manos, como quien busca,
pero sólo había aire.

Y te busqué entre hojas
entre las escurridizas nubes
entre imaginarios pétalos de rosa
entre sonrisas y pensares
entre cavilaciones y sincesares
nunca te encontré.

Pero mi imaginación
es más hábil que esta canción
con un movimiento brusco
saqué tu foto de mi cartera
vi tus ojos, quien quisiera
tu sonrisa lisonjera
me puse de pie, y flaqueé
acepto que me desmoroné
no mucho, sólo un poco
riendo como un loco, pensé:
“que haré, que haré”.

Esto no es más que conciencia y viento
en su eterno vaivén.

No es que me atormente tu amor
es que eres un pequeño error
reflejas mis defectos
que contigo son perfectos
eres lo que quiero y no tengo
lo que tuve y no mantuve
por escoger un pequeño amor
sobre una gran desilusión.

Caminé un poco, golpeé el árbol
luego del derroche, lo abracé,
claro, no hay riña con el ayer
son mis zapatos polvorientos
dando estos pasos nuevos
destilando polvo, lento, lento
tragué mi ego, y me alejé huyendo
lejos, lejos.

Hoy es el luego de la arena pasada,
y mañana será también.

Premios y Distinciones:

15/12/2012: Poesía Recomendada, MundoPoesia.com – seleccionado por el jurado.

Por Ahí

Cuando te vea por ahí con él
que voy a hacer, no lo sé
imagino que actuar normal,
como si nada pasara ya.

Pero sabes que los hombres
de cara al sol somos inmutables
pero cuando llega la noche
también sufrimos por amores.

Qué puedo hacer, no lo sé
para esas cosas no tengo un plan
imagino que “como estás”, saludaré
“Mira, bajó de precio el pan.”

Cuándo te vea por ahí con él
qué voy a hacer, no lo sé
imagino que sonreír normal
como si nada pasara ya.

Con un “cómo estás”, saludaré
“Yo bien, extrañando, ya tú ves
escribiendo, y en las mismas
a ti, cuídate, y a usted, un placer.”

Cuando te vea por ahí con él
que voy a hacer, no lo sé
saludarte, actuando bien normal
y continuar mi camino sin pensar.