Bazofia

Esto que trueno, y que parece ser bazofia
es sólo mi perspectiva de nuestra historia
y ya los oigo quejándose por mi sonsonete
pero hay que denunciar a los que nos someten
recalcar como antes éramos reyes taínos
y nos convertimos en políticos sucios, asesinos.

Déspotas sin gloria, del caribe somos escoria
sin voz propia, sin aspiraciones meritorias
olvidamos sin perdón el sacrificio indígena
que dejaron su pellejo a españoles alienígenas
conquistadores que llegaron en naves espaciales
nos violaron, nos mataron sin hacernos funerales.

Luego llegaron los rubios, los que van de verde
esos gringos gigantes que no toleran rebeldes
y mi pueblo boricua está ciego, los recibe agradecido
olvidamos nuestros indios, y le dimos culo a Albizu
y aunque solo camine, siendo etéreo inconsciente
me apego a mi cultura aún entre la sombra y la muerte.

Me pregunto que hace mi India bravía entre tanto gringo
viendo televisiones, somos videolectores bebiendo vino
que hace el borincano, sentado, de brazos cruzados
estamos jugando PlayStation y poniéndonos barracos
cuando somos del Caribe la lanza en misión sagrada
les aviso que le falta a Latinoamérica su última espada.

Pero miento, les comento, esto no puede ser cierto
tengo esperanzas, aunque sus suspiros casi no los siento
no puede ser que hayan muerto los últimos valientes
no puede ser que se fueran sin gloria ni birretes
no puede ser que estas letras reflejen mi historia
ruego a un Dios que todo lo que rujo sea pura bazofia.

La Verdadera Historia de Puerto Rico

En el año prehistórico 1492, Dios creó una isla en el Mar Caribe llamada Boriquén, y la pobló con dos indios, uno era Adán y la otra, Eva. Ellos tuvieron tanto sexo, que poblaron el territorio con muchos indiecitos, a quienes nombraron Taínos.

Al pasar las décadas, como ocurre en todas partes, la sobrepoblación propició la criminalidad y el uso de drogas ilegales, quienes se adueñaron del lugar. Había “tecatos” por todas las esquinas, así es que a Adán y Eva, quienes habían adoptado los nombres “hippies” Guarionex y Yuixa, llamaron a España para que los ayudaran a poner su isla “bajo control”.

España tenía una fuerza policiaca muy poderosa. Se distinguían por poseer la primera “Fuerza De Choque”, que consistía de unos negritos alterados genéticamente, y alimentados con esteroides para aumentar el rendimiento físico. Luego de recibir la petición de ayuda, enviaron al Cristóbal “El Genovés” Colón, y a Juan “Ponce” De León, junto a dos mil agentes de la “Fuerza De Choque”. Chris y Juan se alojaron en San Juan, y estacionaron a los negritos en unos terrenos baldíos que había en Loíza.

La “Fuerza” comenzó a construir unas edificaciones para alojarse, a las cuales llamaron “Caseríos”. Como es conocido, el uso de esteroides aumenta la agresividad y la urgencia sexual, así es que empeoró la situación cuando comenzaron a violar a las Indias vecinas. A los españoles no les quedó más remedio que pedir ayuda a los Estados Unidos, el primer país Americano.

Ellos pusieron en marcha un plan que incluía Becas “Pell”, estímulos económicos mediante bonos, y dinero para comprar alimentos. También, reforestaron “El Yunque” y construyeron “El Morro”, para fomentar el turismo. También nos ayudaron a combatir los problemas de salud que existían en aquel momento, regalándonos, en primicia, pastillas anticonceptivas y hasta la cura para la gripe porcina. Se dice que próximamente nos llegarán la cura del cáncer y la cura para el SIDA. Los Españoles y Taínos, agradecidos por la benevolencia Americana, les regalaron las tierras de la antigua Boriquén, quienes las renombraron como “Puerto Rico”.

Con toda la maquinaria en marcha, trajeron la televisión, el Cable TV, y fundaron el periódico “El Nuevo Día”, para educar a los indios y negros. Estos fueron los cimientos de una tierna relación de amor, al estilo “The Brady Bunch”, entre los ciudadanos. También introdujeron deportes apropiados para la población general, que antes sólo comía peyote y se lanzaban con unas piedras enormes en unos parquecitos llamados “Bateyes”. Fomentaron el baloncesto entre los negros y el beisbol entre los indios.

Poco a poco, al irse purificando sus espíritus, fueron apareciendo los primeros puertorriqueños blancos y de ojos azules.

Por otro lado, se creó una resistencia al modernismo y progreso: “El Partido Nacionalista”, fundado por los terroristas Pedro Albizu Campos y Rubén Berríos. Este movimiento vil y cobarde envío a los Estados Unidos a una mujer para seducir y asesinar al Presidente de los Estados Unidos, y así obstaculizar la labor de reconstrucción de este preciado país.

Pero, indiscutiblemente, el amor Americano hacia el nuevo Puerto Rico era tan grande, que nos perdonó nuestra afrenta, e incluso, nos permitió nombrar un administrador para nuestro país. Fue este primer gobernante, Luis Muñoz Marín, quien obliteró el movimiento nacionalista, pero marcó otro momento nefasto para la Isla, la creación de otro movimiento terrorista llamado “La Pava”.

Agraciadamente, existían Puertorriqueños fieles y llenos de dignidad, y reciprocaban el cariño Estadounidense. Fue Don Luis A. Ferré, quién llegó a millones de corazones con su consigna “La verdad no grita, la razón convence”. Armado con sólo palabras y el alma en su mano, pudo vencer al tal Muñoz Marín.

Ferré comenzó su labor de reconstrucción, la cual fue continuada por Don Pedro Rosselló, a quién la iglesia Católica beatificó por sus milagros, curaciones y don de palabra. Rosselló trajo, sobre sus hombros, el primer tren de la Isla, y creo sitios para celebrar actividades públicas, uno de ellos conocido como “Choliseo”, cuyo significado en latín es “Diversión de ojos azules”.

Este gobierno, que nos garantiza progreso y bienaventuranza, hasta el día de hoy ha sido continuado por el Honorable Luis Fortuño. Sus grandes esfuerzos han intentado ser saboteados por los recientes miembros de la “Nueva Pava” – “El Caníbal” Acevedo Vilá, Rafael Hernández Colón, y Silverio Pérez – pero no han tenido éxito en su gestión.

De esta manera continuamos hoy viviendo, con el progreso traído por los gigantes Americanos. Le agradezco a mi maestra de Estudios Sociales de sexto grado por narrarme a tan corta edad la cruda verdad de mi Puerto Rico. Mi abuela intentó manchar la reputación de tan ilustrada maestra, haciéndome otra historia de nuestros orígenes, pero qué sabe ella en la chochedad de sus años.