El primer verso

Este es mi primer verso, el que va luego del último
porque todo comienza y termina en tiempo minúsculo
y si dejo de versar hoy, y el mundo muere mañana
me perderé el derramar mi tinta sobre estas sábanas.

No me quito de la poesía, ni de perseguir este hilo
aunque me faltes en ella, y en los mismos respiros
todo continúa, el tiempo pasa, y vivirás más besos
también serán desaires, romances, y nuevos paseos.

En mi libro leo a ese actor en una triste encrucijada
esta vida sin tus besos, o existir con el alma espinada
debo escoger si nadaré del mar sólo en su espuma
o si disfrutaré de un sol de mañana vestido de luna.

Lárgate de mi vida y se feliz, pero me duele, te confieso
no porque no quiera, pero eres sal, y mi luna de queso
necesito salir de este laberinto en el que me encuentro
y luego que salga, si estás, escribiremos días y cuentos.

El Último Verso

He escrito muchas líneas sin rima
estrofas anchas de letras finas
lo he hecho hasta que muere el día
creando poesía con aire de vida.

Hoy me despido de tus dulces besos
hoy se ahogan millones de versos
de esos que lloran, desean, o ríen
de esos que en tu piel y tu alma reviven.

Desde ayer murió aquel soplo nuevo
esperanza de alma que se alzó en revuelo
y con ella los cantares consonantes,
asonantes, disonantes, cavilantes.

Te agradezco haber sido musa viva
y no fantasía como esas esquivas
gracias por darle motivos e historia
a este que escribe y se ahoga en tinta.

Aunque veas rimas por mí escritas
no son nuevas, son momias revividas
de mis libretas viejas de poesía
cuadernos viejos que ocultan mi agonía.

Créeme, te agradezco todos los momentos
las pasiones, las miradas, los sentimientos
eres la inspiración de mis últimos versos
porque tu adiós me dejó medio muerto.