Adiós, o hasta luego
será lo que sea
tal vez lo que Dios quiera
mientras las horas sean arena.
Me despido hasta siempre
aunque huyes de mi presente
pero paseas en mi mente
no te dejo ir, pero si vivir.
Me despido, te digo adiós
porque no tengo fecha ni hora
pero no te lleves tus cosas
no secuestres esos besos dónde moras.
Me despido, te digo hasta luego
porque en tus deseos merodeo
lo sé, aunque quieras despedirte
y en la distancia hundirte.
Sé que me vivirás, igual que yo te vivo
hasta el fin de los años y y el retiro
te lo digo, tus ojos son testigos
te amaré siempre, en todos mis respiros.
Sé feliz, porque es un buen decir
sé feliz, eterna en los días en que viví
taciturno en mi penumbra
luz de mi vida, eres quien la alumbra.
Gracias te doy, gracias, por ti
hasta luego, o hasta aquí
que te quiero desde que te vi
y te amaré hasta el morir.
Te digo adiós, o hasta luego
que ocurra lo que Dios quiera
cómo dicen, que para bien sea
vete entonces, aquí estás en quimeras.
Lo más seguro, ella quiere que la “borres”, aunque le duela. Lo más seguro, ella sabe mejor que tú dónde de verdad está tu felicidad. 😉