El Coleccionista De Suspiros

Existe un duende coleccionista, que roba la emoción a los primeros encuentros y la electricidad a la paciencia. Es un ladrón sin decencia, y roba fácil, de un tiro, no lo subestimes pues es el Coleccionista de Suspiros.

Es un enano verde, burlón y sin suerte, por eso busca apropiarse de los momentos deliciosos de la gente. Es ese suspiro que damos cuando besamos, cuando nos levantamos, hasta cuando rabiamos.

Es de los coleccionistas más peligrosos, porque hoy es él, y mañana es ella. Y, aunque tiene color de una sandía, tiene las alas de una harpía, el encanto de las nubes rosadas, el poder de seducción de una sirena, y una lengua suave que, como el vino, embriaga.

Es hábil en el ataque. Te roba los pensares, las palabras, y las hace suyas. Te hace pensar que son mentes en espejo, cautivando tu intelecto. Luego te roba un suspiro y se vuelve esquivo. Cuando te das cuenta, tu pecho se aprieta, porque te ha robado la esencia.

Insaciable, el adicto de alientos regresa y te sigue robando, ahora los suspiros causados por el quebranto. Hasta que finalmente lo que queda es un cadáver tieso, que aunque respira y cavila, ya no suspira.

Y el cuerpo afectado queda agradecido de aquel despiadado, que disfruta aspirar almas, y devolverlas secas y sin ganas. Quedan los entes agradecidos porque les dio horas de vida, aunque sin darse cuenta, les robó y se fue a la huida.

El Último Verso

He escrito muchas líneas sin rima
estrofas anchas de letras finas
lo he hecho hasta que muere el día
creando poesía con aire de vida.

Hoy me despido de tus dulces besos
hoy se ahogan millones de versos
de esos que lloran, desean, o ríen
de esos que en tu piel y tu alma reviven.

Desde ayer murió aquel soplo nuevo
esperanza de alma que se alzó en revuelo
y con ella los cantares consonantes,
asonantes, disonantes, cavilantes.

Te agradezco haber sido musa viva
y no fantasía como esas esquivas
gracias por darle motivos e historia
a este que escribe y se ahoga en tinta.

Aunque veas rimas por mí escritas
no son nuevas, son momias revividas
de mis libretas viejas de poesía
cuadernos viejos que ocultan mi agonía.

Créeme, te agradezco todos los momentos
las pasiones, las miradas, los sentimientos
eres la inspiración de mis últimos versos
porque tu adiós me dejó medio muerto.