Bazofia

Esto que trueno, y que parece ser bazofia
es sólo mi perspectiva de nuestra historia
y ya los oigo quejándose por mi sonsonete
pero hay que denunciar a los que nos someten
recalcar como antes éramos reyes taínos
y nos convertimos en políticos sucios, asesinos.

Déspotas sin gloria, del caribe somos escoria
sin voz propia, sin aspiraciones meritorias
olvidamos sin perdón el sacrificio indígena
que dejaron su pellejo a españoles alienígenas
conquistadores que llegaron en naves espaciales
nos violaron, nos mataron sin hacernos funerales.

Luego llegaron los rubios, los que van de verde
esos gringos gigantes que no toleran rebeldes
y mi pueblo boricua está ciego, los recibe agradecido
olvidamos nuestros indios, y le dimos culo a Albizu
y aunque solo camine, siendo etéreo inconsciente
me apego a mi cultura aún entre la sombra y la muerte.

Me pregunto que hace mi India bravía entre tanto gringo
viendo televisiones, somos videolectores bebiendo vino
que hace el borincano, sentado, de brazos cruzados
estamos jugando PlayStation y poniéndonos barracos
cuando somos del Caribe la lanza en misión sagrada
les aviso que le falta a Latinoamérica su última espada.

Pero miento, les comento, esto no puede ser cierto
tengo esperanzas, aunque sus suspiros casi no los siento
no puede ser que hayan muerto los últimos valientes
no puede ser que se fueran sin gloria ni birretes
no puede ser que estas letras reflejen mi historia
ruego a un Dios que todo lo que rujo sea pura bazofia.

Soñando Con Pájaros

Tuve un sueño de lo más extraño.

Estábamos caminando – tú y yo – por la orilla de una playa desconocida, aunque era en Puerto Rico. Te señalé un islote que estaba al lado de una plataforma petrolera, y te dije que ese islote se llamaba “Isla”, porque la compañía petrolera de la plataforma tenía ese nombre. El pedazo de tierra estaba cubierto por unas nubes, y una intensa lluvia.

Mientras andábamos y conversábamos, nos encontramos con un tumulto de gente mirando un hoyo en la arena, de algunos cuatro o cinco pies de profundidad. Aquí se encontraban un cubo de plástico, y tres pájaros moribundos: dos reinitas y un chango. También el mar había logrado su acceso, y estaba inundando lentamente este espacio. Los pájaros se iban moviendo, y se ayudaban entre si, moviéndose a lugares más altos.

Repentinamente, volaron rápidamente sobre las cabezas de la muchedumbre, hacia cielo abierto.

En ese momento, desperté.