I
Quién tema escribirle al amor
que ni lo haga de la vida
porque tema es de muchas millas
existencias y calles recorridas.
II
Sacarse un puñal mohoso del pecho
más fácil que sacar amores del corazón
el cuchillo deja cicatriz, los amores, recuerdos
que te carcomen como cáncer de fuego.
Siempre palabras, como un bisturí
rompiendo el pecho con frenesí
con cariños, te amos anestesiantes
somnolencias que desollan instantes.
Son cuchillos de papel estas letras
dulce verde, dulce vino, dulce cianuro
la vida se escapa, lento, pero seguro
zurciendo melancolías y atando nudos.
III
Momentos que no maduran en recuerdos
recuerdos que no maduran en eternos
pero momentos y recuerdos son historia,
características innegables del tiempo.
Es el tic-toc arenoso sin compás
si ganaste la vida, me alegro,
luego de tantos amargos serenos
yo perdí veranos, y gané desesperos.
Y es que el tiempo es el peor castigo
minutos convertidos en maleficios
pero hay que mantener la mirada en alto
para no perder cordura ni dar el salto.
IV
Ayer te perdí envuelta en te amos
es cierto que la tolerancia retamos
pero recuperé mis noches de sueño
aunque adquirí vidas de desvelo.
Y ahí estuvieron, en mis manos
en mis ojos y en mi boca, efímeras,
la sonrisa contagiosa, la mirada profunda
el alma que habita pupilas nocturnas.
Es el brillo pasajero de las auroras
cristal espejado con distorción aparente
es ilusión del camino terrestre
como canciones de amor silvestre.
Sobre arcilla, vagando rumbo al horizonte
le escribo al corazón y a la razón
sin miedo a la vida ni a los adioses
de eso tratan la historia y los amores.