El Árbol

Hoy me senté bajo nuestro árbol
sin más suceso que el tiempo.

Ni la magia habitual
ni los recuerdos tórridos
ni las melancolías aquellas
ni el amor de mano severa
ni las lágrimas en el rostro
ni los mirares de reojo
nada ocurrió.

Miré mis manos, como quien busca,
pero sólo había aire.

Y te busqué entre hojas
entre las escurridizas nubes
entre imaginarios pétalos de rosa
entre sonrisas y pensares
entre cavilaciones y sincesares
nunca te encontré.

Pero mi imaginación
es más hábil que esta canción
con un movimiento brusco
saqué tu foto de mi cartera
vi tus ojos, quien quisiera
tu sonrisa lisonjera
me puse de pie, y flaqueé
acepto que me desmoroné
no mucho, sólo un poco
riendo como un loco, pensé:
“que haré, que haré”.

Esto no es más que conciencia y viento
en su eterno vaivén.

No es que me atormente tu amor
es que eres un pequeño error
reflejas mis defectos
que contigo son perfectos
eres lo que quiero y no tengo
lo que tuve y no mantuve
por escoger un pequeño amor
sobre una gran desilusión.

Caminé un poco, golpeé el árbol
luego del derroche, lo abracé,
claro, no hay riña con el ayer
son mis zapatos polvorientos
dando estos pasos nuevos
destilando polvo, lento, lento
tragué mi ego, y me alejé huyendo
lejos, lejos.

Hoy es el luego de la arena pasada,
y mañana será también.

Premios y Distinciones:

15/12/2012: Poesía Recomendada, MundoPoesia.com – seleccionado por el jurado.

Mamá Bicho

Mamabicho es el rico
que se burla del malvestido
también es el pobre
que tiene a Gucci como delirio.

Mamabicho es el padre
que crítica a su hijo
pero no le enseña la diferencia
entre lo bueno y lo perdido.

Mamabicho es este gobierno
por jactarse de su pintura
perdonar al delincuente
y castigar al que estudia.

Mamabichos los cobardes
asesinos a sangre fría
que se guillan de pistolas
y cuando los queman, lloran.

Mamabichos los poetas
pendejos de gelatina
qué critican al rapero
por dar música a sus rimas.

Mamabicho el que lee
y no se identifica
porque esos somos todos
madres con bicho plastilina.

Cambia

Nos miramos en esos ojos,
que con el tiempo aclaran
saboreamos esos labios
que los años agravian
tomamos esas manos
que el trabajo maltratan
soslayamos esas almas
que los cuerpos acaparan.

Cambiamos rápido
en tres o cuatro años
serán décadas o siglos
y las batallas que vivimos
esas si que mutan
es el espíritu que lucha
que a veces se quebranta
y otras se desnuda.

Las aves en el horizonte
sinsontes mudando colores
las rocas bajo el agua
las cascadas y alboradas
las nubes, esas cambian
cada cinco, solas nadan
sea de día o de noche
son colores en derroche.

Observo tu mirar
el de cambio permanente
perdiendo su luz amena
como cueva en la ladera
mientras, la vida cambia
y ese cambio si que cala
un día nace, y se renueva
pero es siempre perecedera.

Pero algo no cambia
solito se mantiene
pasa el tiempo sonámbulo
que no anuncia sus actos
es sólo cambio en los años
siglos y días aledaños
siempre distinto, siempre está
ese ahora que al instante llega.

(Gracias, Negra)

Carne Corazón

Carne corazón
que olvidó su canción
vaga buscando refugio
bajo la luz del sol.

Buscando versos ocultos
persigue una sombra esquiva
donde la locura es cotidiana
y la cordura no halla son.

Viste palabras áfonas
que huyen de su boca
se escurren entre los dedos
caen al suelo, polvorientas.

Etéreo sinsazón
regala su piel yerta
anda tras los arrullos
ocultos de la razón.

Musa muerta
engañosa y revuelta
dale sol o sombra
diario o mensual.

Musa furtiva
ladrona de poesía
si duermes, muere ya
si vives, duerme ya.