Aquel día era uno de cielo nublado
o sea, mi pensar era complejo
me tronaban el gris, y los sesos
planificando un buen comienzo.
Caminaste mirando al suelo
miraste la hora, como esperando
yo, de mangas largas, nada que nada
mi rosto inmóvil, de sonrisa plantada.
Aún sigo esperando al viento
porque se llevó mi lengua y tu aliento
aún sigo esperando tus pasos
reticencia de un mal comienzo.
Aún me pregunto porque no hablé
aún le pregunto a mi boca
por qué se volvió como fría roca
por qué no me acerqué, y te besé.