Dedicando canciones a fantasmas
pidiendo crepúsculos a las mañanas
mis manos llenas de sinsentidos
y tu nombre enrollado en el bolsillo.
Cuál más, si yo, mal perdedor
ardiendo llamas sin encendedor
señor iluso, rey de mi casa
pero sin tu verbo nada me pasa.
Eres ausente de mi pensar presente
eres reina de mi universo adyacente
eres musa de mil versos patéticos
eres quien mora tras mi reir cosmético.
Te veo caminando, mi alma ausente
y yo, con esta obsesión adolescente
ya ni se que hacer, camino sin querer
pidiendo crepúsculos al amanecer.