Aunque solo te conozco en cartas
y desconozco a que huele tu piel
imagino tus labios con sabor a miel
en mi espalda, tus uñas escarlata.
Te busco, no te encuentro
en esta copa vacía de tinto
ni en esta cena, que está servida
en una vajilla cuadrada, impar.
Aunque sólo te sé en líneas
y desconozco la piel de tus piernas
imagino tus caderas tiernas
en mis manos, tus quejas.