Nadas en mis fonemas
en mis argumentos vagos
en los “será” resuenas
y en los “tal vez” te asomas.
Qué será, que tendrás,
será tu mirar voraz
que me priva del aire
pero me hace inmortal.
Qué será, que tendrás,
serán tus labios, frescas fresas
que ennudecen mi lengua
pero endulzan mi paladar.
Será tu firme caminar
cómplice de tu verdad
que no me puedes amar
sólo brindar un día parcial.