Carne Corazón

Carne corazón
que olvidó su canción
vaga buscando refugio
bajo la luz del sol.

Buscando versos ocultos
persigue una sombra esquiva
donde la locura es cotidiana
y la cordura no halla son.

Viste palabras áfonas
que huyen de su boca
se escurren entre los dedos
caen al suelo, polvorientas.

Etéreo sinsazón
regala su piel yerta
anda tras los arrullos
ocultos de la razón.

Musa muerta
engañosa y revuelta
dale sol o sombra
diario o mensual.

Musa furtiva
ladrona de poesía
si duermes, muere ya
si vives, duerme ya.

Musa Taína

Conduciendo incansable sobre tu piedra negra
recuerdo tu bagaje, que tenías el alma guerrera
cuando eras casi transparente, sólo verde, y taína tu sangre
eras paraíso inmutable, de hojas insensibles al desaire.

Te veo hoy, malherida, y pierdo la fuerza de mi mensaje
asumo que ese es el propósito gringo de este chantaje
pero cuando levanto la vista de la erosión, de esta calle
veo el azul cielo, el verde Alelí, y del pueblo, los detalles.

Me entristece cuando veo que llevas el alma dividida
me lleva a huir, a volar, me empujas hacia mi partida
pero mi corazón me agarra, me bombea esta sangre india
y recuerdo los discursos, las masacres, y mi tez indígena.

Entonces tomo un lapiz, tomo un papel, me rodeo de versos
acerca de fantasías, libertad, cavilando sobre sueños necios
recobrando mis fuerzas, que aunque languidecen, aún respiran
rememorando a mi patria, aunque escindida, aún camina.

Te agradezco por recordarme, mi amada, musa querida
día a día, en las mañanas, que mi tierra exhala vida,
que en Borikén quiero pasar el resto de mis días
que la lucha está viva, que la derrota es gesta fingida.

(Para tí)

El Último Verso

He escrito muchas líneas sin rima
estrofas anchas de letras finas
lo he hecho hasta que muere el día
creando poesía con aire de vida.

Hoy me despido de tus dulces besos
hoy se ahogan millones de versos
de esos que lloran, desean, o ríen
de esos que en tu piel y tu alma reviven.

Desde ayer murió aquel soplo nuevo
esperanza de alma que se alzó en revuelo
y con ella los cantares consonantes,
asonantes, disonantes, cavilantes.

Te agradezco haber sido musa viva
y no fantasía como esas esquivas
gracias por darle motivos e historia
a este que escribe y se ahoga en tinta.

Aunque veas rimas por mí escritas
no son nuevas, son momias revividas
de mis libretas viejas de poesía
cuadernos viejos que ocultan mi agonía.

Créeme, te agradezco todos los momentos
las pasiones, las miradas, los sentimientos
eres la inspiración de mis últimos versos
porque tu adiós me dejó medio muerto.

Musa Traidora

Qué pretendes, para que quieres tocarme ahora
si esta noche el whiskey es el que elabora
si mañana huirás arrepentida con silenciosa despedida
cuando se acerque el calor del alba, lloraré tu partida.

Por eso me quito, desaparezco en este momento
estoy a tiempo, sin dolor y sin ningún lamento
aunque mi soledad te extraña, te adora y te añora
refiero revolcarme entre letras, versos y modorra.

Por lo menos te escribo por qué salgo de tu vía
no me interesa aburrirte con mis rimas ni mis días
ni que me veas deambulando con la esperanza sombría
ni que el eco de mis pasos nocturnos sea tu pesadilla.

Entonces desconciertas mis anhelos con tus trabalenguas
llegas y me amas con tu manos y tus letras
pero con tu voz me dices que no te toque
me confundes, aún con mis años y mi costumbre.

Detente, que es lo que ocurre, te enamoras de mis versos
de lo que pinto en el lienzo, pero te hartas de mi verbo
mi presencia te abruma, pero mis versos te acaloran
explícame mejor, porque me confundes, musa traidora.