Ya lo he vivido todo
las caricias en el rostro
los insultos del viento
los amores invisibles
los deseos indecibles
son mementos inservibles
el maltrato del tiempo
los momentos irredimibles
los holas y adioses dulces
y aquellos que maldicen
ya todo me da igual.
Ya no importan
ni los besos esquivos
ni el pájaro malherido
ni las aguas turbias
ennegrecidas por escoria
ni el techo cayendo en mi cabeza
ni la rueda que rueda y no cesa
ni el impulso de esta vida
ni el llamado del ocaso
ni el respiro del fracaso
ni los esfuerzos olvidados
es todo el tiempo cíclico
son minutos y letras
vidrio, arena y cerezas.
Carne y mente similar
sean lluvia o huracán
son iguales al manantial
te empapan de vida glacial
cual si fuera un volcán
porque el mundo es igual
que diferencia hace un ente
si en su enajenación celeste
cree que hace y deshace
camina, pero no construye
esperando el desenlace.
Échenme ánimo y fuerzas
o envuélvanme entre siluetas
momias, brujas y dientes
viajes, viejos y velos celestes
las caretas con rostro de muerte
vente acá, que quiero verte
permanecer de sonrisa inerte
no importa, son sinónimos
este árbol, ciencia inmortal
incierto es si reverdecerá
que importa, si a fin de cuentas
será el mismo reflejo
será el mismo espejo de cristal
y todo será igual.