Piedra de Río

Me he vuelto un ser de amar frío
en el sexo, hoy por hoy, soy un lío
me mal acostumbraste, mañosa
maldicion que mi cuerpo atesora.

Montaña inmóvil, o piedra de río
huracán inerte en el amorío
en calma, como lodo inseparable
de pie sobre losa inquebrantable.

Sólo a ti puedo rendir reverencia
a tu fuego interior, a tu malevolencia
fui horma, eres medida perfecta
fuimos engranaje y turbulencia.

Has dejado una sed de tu cuerpo
los sentidos y mi tacto revueltos
ningun otro líquido parece saciar
esta sed de tus besos, ni el mar.

El Flojo

Aquel día era uno de cielo nublado
o sea, mi pensar era complejo
me tronaban el gris, y los sesos
planificando un buen comienzo.

Caminaste mirando al suelo
miraste la hora, como esperando
yo, de mangas largas, nada que nada
mi rosto inmóvil, de sonrisa plantada.

Aún sigo esperando al viento
porque se llevó mi lengua y tu aliento
aún sigo esperando tus pasos
reticencia de un mal comienzo.

Aún me pregunto porque no hablé
aún le pregunto a mi boca
por qué se volvió como fría roca
por qué no me acerqué, y te besé.

Es Más Fácil

Es más fácil escribir un verso
narrar el silencio tras los besos
que nuestra historia, sus tropiezos
los vahídos lentos, nuestros excesos.

Es más fácil componer mil canciones
hablarle al alba y a sus peones
que mirarme en ti, espejo ausente
reflejo que me hace huir del presente.

Es más fácil delinear un lienzo
azul cerezo, sin el rojo de tu boca
que una silueta simple con ojos negros
el simple contorno de la piel de tu cuerpo.

Es más fácil librar veinte largas guerras
con miles de carnes y voces de almas muertas
que despertar vestido de otro ente
victorioso, pero sin tu desvelo.

Me cuesta andar los surcos del mundo
entre fantasmas, sin color, medio difunto
entre tus dedos, hebras quebradas tiempo
persiguiendo tu aliento, arena nadando en viento.

Sediento

Si te dañé
lo siento mucho
fuiste mi vida
yo tu veneno.

No es lo que dices
es lo que escucho
el diálogo quedo
de tus ojos yertos.

Antes, vagaba
de cuerpo despierto
por dentro muerto
como brisa lenta.

Tomaste mi mano
robaste mi beso
fuimos marea
en el desierto.

Si te hice daño
pues lo lamento
pierdo yo más
es mi destierro.

Huyó tu sonrisa
nació mi lamento
pierdo tu hálito
quedo sediento.

Libre de alma

Esta mañana repasaba, entre silencios
tus cartas, tus celos y tus flores
con un fusil cargado en mis manos
deseándote (la muerte) en vano.

Entre humo y sueños te recordaba
siendo las hebras de tu tacto
péndulos que se mecen de tus ojos
café, periódico, y premonición.

Nombrabas cada latido en el acto
con un susurro, o un frágil gemido.
tus senos menudos guardaban mi mundo
me vestía de lujo tu cabello cenizo .

Pero ya no, sólo quiero nacer de nuevo
aunque sea bajo la rama de un árbol
llegando al azul, rompiendo huesos
libre de alma humana y quebranto.

Porque ya no te quiero en mi cuerpo
ni quiero tu sangre, ni tus peces
ni quiero la luna, ni al tiempo
sólo ser liviano hálito del viento.

Ya no quiero tus veinte espejos
ni a mis estrofas, ni a tu arena
ni a tu hilo, sólo quiero vacío mi tinto
finalmente, terminar con este hastío.

A veinte años de ayer

Si te viera a veinte años de ayer
no se que sería de mis ojos.

Presumo que se me escaparía
la vida, el todo en un segundo.

Imagino latidos en la cabeza
como chasquidos de elefante
mientras me vuelvo infante
enfrentando tanta rareza.

Imagino veinte años y ayer
luego de cien cambios de piel
que serían mis nuevos versos
tallados con uñas y cincel.

Si te viera a veinte años de ayer
no se que sería de mis ojos.

Presumo que esta vida huiría
escapando de los segundos.

Lo Nuestro

Nuestros cuerpos delinean
una trampa, una cálida guarida
Dónde se refugian nuestras uñas
bañadas de dulce muerte consentida.

Estos besos, lánguidos en el proceso
efímeros espasmos y excesos
que nos mantienen sedientos
del veneno, alas de lo bueno.

Nuestras perversidades sin diálogo
son los muertos de enero
nuestros melancólicos gemidos
son de marzo los latidos, y su hilo.

Esta es la vida que no persigo
sombría costumbre sin testigos
es sólo luz, es ruta sin camino
ya ni sé, será de nuestra piel destino.

Desvido

Hay días en que me comporto
como si una vida la hubiera tenido
desvíos del tiempo engañoso
soy una panza, ella, cabello teñido.

Si sumo los minutos y días
llegamos a las semanas tal vez
pero que es, me aqueja la idiotez
de recordarte ausente, y tan mía.

Quién diría que tu cintura, los besos
calarían tanto en mis huesos;
quien diría que cien años después
entre sinápsis te encierro.

Sólo te ofrezco un café esta tarde
olvidemos nuestra cordura
recordemos los besos y tu cintura
entre suspiros, nuestro antes.

Me Preocupa Extrañarte

Me preocupa extrañarte
porque el extrañar y el olvidar
transitan la misma vía
andan de manos,
niños mirando a lados distintos
quehaceres en un laberinto
no quiero, no, olvidarte.

Pero lo hago, poco a poco
necesito tu foto para recordar
tus lineas, tus labios
imaginar tu besar
recordar mis manos perdidas
en tus selvas fértiles
como colonizador
de laderas y cordilleras.

Comienzo a hablarte
desde estas melancolías
desde las noches fingidas
entre sonrisas tardías
con dedos entumecidos
de tanta poesía
versos amargos, quien diría.

Me preocupa extrañarte
porque el extrañar y el olvidar
andan por la misma senda
divagando horizontes opuestos
y eres mi aire.

Día Parcial

Nadas en mis fonemas
en mis argumentos vagos
en los “será” resuenas
y en los “tal vez” te asomas.

Qué será, que tendrás,
será tu mirar voraz
que me priva del aire
pero me hace inmortal.

Qué será, que tendrás,
serán tus labios, frescas fresas
que ennudecen mi lengua
pero endulzan mi paladar.

Será tu firme caminar
cómplice de tu verdad
que no me puedes amar
sólo brindar un día parcial.