Inverosímil

Cómo extraño ciertos cálidos besos
aquellos que convertías en versos
cómo extraño ciertas suaves caricias
los alientos fugitivos de vidas furtivas.

Eres hoja seca viviendo en mi cabeza
revoloteando, mariposa chueca
espejismo de este mar sin vida
sin arena, sólo polvo y despedida.

Tus recuerdos como pulgas y gaviotas
o como los insectos de las tortugas
refugiados cobardes en la penumbra
son luciérnagas que ya no alumbran.

Aún te pienso llegando tarde, sin avisar
sin tocar la puerta, entrando sin pensar
anidando un sueño tras aquel cerezo
nadando las nubes, dueños del cielo.

Hoy se sirve la cena, y se cavilan ayeres
Grises las memorias de quien no vuelve
ni en luces, ni en sombras, ni en sueños
ni en suspiros, ni en silentes deseos.

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